El periodo festivo es un periodo para la familia y la gratitud. Para los miembros de la familia que nos ven sólo unas pocas veces al año, puede ser difícil entender nuestras experiencias únicas como padres de niños con discapacidad—y puede ser fácil para ellos juzgarnos y juzgar a nuestras relaciones con nuestros hijos y nuestras decisiones como padres. Aquí están algunos consejos para familiares para fomentar más empatía, menos estrés y más unión.
1. Asume que parezco cansada porque lo estoy
Ya lo sé. No hay necesidad de señalarlo. Si tu familia extendida está viajando con un niño diagnosticado con una discapacidad del desarrollo, o con un niño con diagnóstico de sospecha, puedes suponer que llegar “ahí” físicamente no ha sido fácil. El viajar en coche, avión o autobús crea nuevos retos para niños a los que les gusta su rutina, niños que pueden sentirse ansiosos por las cosas nuevas y niños que pueden sentir el estrés de un padre que está intentando hacer las maletas, prepararse y reunir a las tropas para ir a una función familiar. Asume que tus familiares ya han hecho mucho trabajo físico y emocional antes de llegar a la puerta.
2. Asume que el diagnóstico es real
Si hemos aceptado el diagnóstico o no, el proceso de conseguir un diagnóstico para un niño es un viaje complejo que merece respeto y espacio. El hecho de que tu hijo llegó tarde a hablar pero se puso al día no significa que lo mismo vaya a suceder con el mío. Sí, los niños se desarrollan de forma diferente y a ritmos diferentes y sí, es probable que mi hijo haga cosas similares a lo que hizo tu hijo. Pero eso no quiere decir que sean iguales, ni que sus desafíos sean los mismos.
3. Asume que ya hemos escuchado la solución que propones
Cuando tuve a mis hijos, las conversaciones empezaron con preguntas sobre el sueño, la escuela y las actividades sociales. ¡Esto es normal! Ten en cuenta que estas preguntas pueden ser difíciles para los padres de niños con una discapacidad del desarrollo. Aunque quieras hablar de un tratamiento del que acabas de leer, una historia de éxito que has visto o un vecino que tuvo comportamientos similares, espera y menciónalo en otro momento y en otro lugar. Como padres de niños con discapacidad, es probable que ya hayamos tenido estas conversaciones, y aunque tus esfuerzos sean bien intencionados, a veces esas conversaciones me hacen sentir que no estoy haciendo lo suficiente o que no lo estoy haciendo bien.
4. Asume que hay mucho pasando detrás de escena
Las cosas que parecen fáciles para algunas personas son difíciles para otras personas. Para los niños con sensibilidad sensorial, los sonidos pueden ser abrumadores. Para los niños ansiosos, el inicio del día puede requerir más apoyo y abrazos adicionales. No juzgues a una madre por dar una pantalla a su hijo para que la mire solo; podría ser que ella le está ayudando a regularse para evitar un colapso. La madre que lee cuidadosamente cada ingrediente que aparece en los paquetes de comida lo hace porque sabe lo que necesita su hijo, no porque sea controladora.
5. Asume que estamos haciendo lo mejor que podemos
Y luego, señálalo. Da un abrazo, dile a tu familiar que agradeces el viaje que hizo, o hazlo saber que crees que lo está haciendo muy bien. A veces, pensamos que esas cosas ya se entienden, pero no siempre es así. A veces, necesitamos escucharlo de nuestra familia: “Lo estás haciendo muy bien, gracias por estar aquí”.