Hay muchos tipos de terapia que pueden ayudar a los niños autistas. Estas terapias pueden influir diferentes partes de su desarrollo.
Estos son algunas de las terapias más comunes:
Intervención conductual: El terapeuta ayuda a fomentar comportamientos positivos y reducir comportamientos no deseados. Se dividen los comportamientos deseados en pequeñas tareas para desarrollar habilidades
Intervención en el desarrollo: El terapeuta utiliza las relaciones e intereses del niño para fortalecer las áreas de desarrollo en las que el niño necesita ayuda. Esto puede incluir actividades como relacionarse, comunicarse y pensar lógicamente
Terapia del habla y el lenguaje: El terapeuta (a veces llamado un patólogo del habla y el lenguaje) ayuda con las habilidades de comunicación en todos los niveles. Estas habilidades incluyen hablar, comprender a otras personas y comunicarse de forma no verbal también
Fisioterapia (PT, por sus siglas en inglés): El terapeuta trabaja con tu hijo para mejorar la fuerza muscular, la coordinación y el movimiento
Terapia ocupacional (OT, en inglés): El terapeuta usa el movimiento para ayudar a tu hijo a desarrollar las habilidades motoras, cognitivas y emocionales que necesita para las cosas que hace. Las “ocupaciones” de un niño incluyen el juego, el cuidado de sí mismo (p.ej., comer y vestirse), el compromiso social y eventualmente, actividades académicas como la escritura
Integración sensorial: Esta es una parte de la terapia ocupacional en donde los niños aprenden a experimentar y procesar información sensorial (sonidos, gustos, tacto, etc.) de una manera que no los perturbe
Cualquiera de estas terapias puede ser útil para tu hijo. Depende de su mezcla única de desafíos y fortalezas. Para algunos niños, puede tener sentido empezar con una de estas terapias y luego, cambiar a otra. Algunos niños pueden beneficiarse de un enfoque de equipo, en donde los terapeutas trabajan en sus objetivos individuales pero se comunican en equipo para trabajar en objetivos comunes y generales.
Para tomar una decisión bien fundada, asegúrate de hacer tus propias investigaciones:
Asegúrate siempre de pensar primeramente en tu hijo. Al comenzar a sumergirnos en el mundo del autismo, es fácil dejarnos llevar por las recomendaciones prescritas basadas en el diagnóstico. Te insto a que recuerdes que estás buscando apoyo para tu hijo, así que siempre ten en cuenta sus necesidades individuales
¡Haz investigaciones, haz preguntas! Saca una cita con un terapeuta para hablar por teléfono o reunirse presencialmente. Ve a su oficina para ver cómo te sientes. Pregunta sobre el proceso y sobre cómo se comunica con las familias
Aprende de otros padres y de adultos autistas. Aunque las experiencias de los demás no sean las tuyas ni las de tu hijo, puedes encontrar algún punto en común. Pero incluso si eso no sucede, ¡es probable que aprendas algo!
Como siempre, sigue tu instinto como padre. Presta atención a tus propios sentimientos y habla con tu hijo. Piensa en objetivos y sigue adelante según lo que tenga más sentido en ese momento
¡Visita nuestra página de recursos de autismo [en inglés] para más información!