Este artículo ha sido actualizado por el equipo de ELI
“¡Mami, no hay ningún vaso limpio en el anaquel!”
“¿No puedes hacerlo tú? Es demasiado difícil.”
“¡No encuentro mis zapatos!”
A veces, parece que nuestros hijos nunca serán independientes.
En otros momentos, nuestros hijos nos impresionan con sus habilidades y conocimiento. Pero luego, pierden su permiso de bus cuatro semanas seguidas y llegan a la escuela sin su mochila… otra vez.
Así que, hablemos sobre cómo podemos enseñarles a nuestros hijos a solucionar problemas.
¿Por qué el poder solucionar problemas es importante para el desarrollo infantil?
El resolver problemas es el proceso de encontrar soluciones para cosas difíciles o complejas. Para aprender cualquier cosa nueva, debes poder solucionar problemas.
En el salón de clases, la palabra “andamio” se refiere a la forma en que los maestros crean un ambiente en el que los niños puedan solucionar problemas y aprender cosas nuevas. Les enseñamos a los niños primeramente a sumar porque los niños tienen que saber sumar antes de multiplicar.
Igualmente como el andamio de un edificio en construcción, las plataformas forman una base. Si quieres construir un edificio de 20 pisos, no empiezas con el piso más alto—empiezas con la base y sigues hacia arriba.
Cada paso sigue el paso anterior. Si saltas al paso final, tu base es inestable. Tal vez lo puedes hacer, pero no es tan estable como podría ser.
Deseamos que la base de nuestros hijos sea estable. Deseamos construir sus habilidades desde la base. Podemos hacer eso al darles un andamio en todo momento.
Los padres proveen un “andamio” en el hogar, frecuentemente sin saberlo. Es probable que le enseñaras a tu bebé a sentarse en el inodoro antes de conocer la sensación de tener que usar el baño, o que compraras zapatos con velcro para que tu hijo pudiera ponerse los zapatos independientemente antes de saber amarrarse los pasadores.
Podemos usar andamios de manera intencional al enseñarles nuevos conceptos a nuestros hijos. Cada niño se desarrolla de su propia manera y según su propio ritmo, pero con el andamio adecuado ya establecido, sigue avanzando.
El solucionar problemas no solamente se trata de solucionar problemas específicos. Se trata de ayudarles a los niños a aprender a manejar sus emociones al probar algo nuevo. En vez de frustrarse o darse por vencido, los niños que tienen habilidades de solucionar problemas saben que pueden encontrar una solución. Esta confianza les ayuda a ser creativos y seguir intentando.
¿Cómo ayudarle a mi hijo o adolescente a solucionar problemas en la casa?
- ¡Observa!
Nota los patrones de comportamiento de tu hijo y piensa: ¿qué los está causando?
¿Qué los atrae y qué evitan? ¿Hay un patrón que se relacione con el tipo de actividad? ¿Tu hijo se lanza en el piso cada vez que le toca escribir, aunque tú sabes que sabe la respuesta?
- Redúcelo a pedazos pequeños
Por ejemplo, si tu hijo lucha para escribir, piensa en todas las habilidades que necesita para escribir.
Tiene que agarrar correctamente el lápiz y tener control de movimientos finos (podcast en inglés). Necesita entender cómo formar las letras. Tiene que mantener ideas en la mente, o quizás tiene que copiar algo que está en la pizarra. Esto podría involucrar recuerdo de historias, capacidad para reflejarse o capacidad para expresar por escrito lo que está pensando.
Al reducirlo a pedazos muy pequeños, busca el momento cuando tu hijo esté comunicándose contigo activamente o mostrando interés. Esto es tu pista para saber lo que está funcionando y lo que podría ser demasiado difícil.
- Espera y refléjate
Puede haber una tentación muy fuerte de ayudarles a nuestros hijos inmediatamente a solucionar sus problemas. ¿No puedes encontrar tus zapatos? Busca por la puerta de atrás. O en tu habitación. Está bien, buscaré contigo.
Pero espera un momento.
Al esperar antes de dar la respuesta, hacer una pregunta o solucionar el problema tú mismo, le estás dando a tu hijo la oportunidad de reflejarse.
Igualmente puedes reflejarte en voz alta junto con tu hijo. “Buena pregunta. ¿En verdad, dónde estarán tus zapatos?” Cuando haces esto, creas un espacio en el que tu hijo puede pensarlo bien. Le estás dando chance para solucionarlo, y sabes que puede hacerlo porque tú construiste su base. Le estás dando solamente lo suficiente apoyo para impulsarlo adelante.
Haz preguntas no concluyentes, anima la curiosidad y ponte cómodo con el silencio, aunque sepas que si le das una pequeña pista, llegará a la solución. Espera, y dale ese momento “¡ajá!” en donde lo soluciona sin ayuda.
Observa: fortalecerá su confianza
Las investigaciones nos han demostrado que el aprendizaje ocurre solamente cuando nos reconocemos y apoyamos uno al otro. Como padres, cuando construimos de manera intencional la base de nuestro hijo y luego, cuando le ayudamos a desarrollarse desde ahí, le estamos enseñando a solucionar problemas. Y así es cómo aprende.
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