Es que tenía dudas de escribirte
Me gusta mucho compartir y me gusta mucho conectarme con otros, pero en estos últimos meses me he retraído. En parte, necesitaba hacerlo para estar bien, pero la verdad es que sobre todo no quería ser esa persona que esté aquí para decirte “una cosita más”.
Más que nunca, estamos saturados de información y consejos sobre “cómo hacerlo”. No puedo expresar cuánto me canso de escuchar esta pregunta sencilla: “¿Cómo te va la educación en casa?” Por un lado, agradezco que todos nosotros estamos hablando más sobre el bienestar y salud mental de nuestros hijos, pero una parte de mí solo quiere gritar: “¡NO ES IGUAL!” Y sí, entiendo que parece que estoy haciendo una rabieta infantil, y tal vez es así, pero el hecho es que tu cuarentena es distinta de mi cuarentena. Tu experiencia en esta pandemia es distinta de la mía. Probablemente ya has visto el meme: “No estamos en el mismo barco, sino en la misma tormenta”. ¡Es verdad! Pero déjame decir que a veces me parece que mi vecino está flotando tranquilamente a lo largo del borde del agua mientras yo estoy atrapada en una {inserta tu mala palabra preferida} contracorriente… con olas grandes… y los niños cayéndose al abismo… tú me entiendes.
Con cierta perspectiva, y con la ayuda de un poco de sueño y un poco de café, yo sé que eso no es justo. Lo que vemos en las redes sociales con respecto a nuestros vecinos y nuestros amigos es la punta del iceberg. No conocemos la historia completa.
Pero ayer, cuando estaba totalmente “en problemas”, no logré contener las lágrimas
Hubo tanta discusión con los niños y TANTAS emociones poderosas. Fui afuera para sentarme a solas y recuperar la cordura, pero mientras tomaba la oportunidad de sentir el sol brillando sobre mi cara y tomar un respiro, mi hijo aprovechó la oportunidad de cerrar la puerta con seguro para que ni yo ni sus hermanos pudieran entrar en la casa. Quise esconderme en un agujero o montar mi bicicleta e irme. Pero podía escuchar a sus hermanos menores planeando su venganza. Y luego, escuché a un vecino llamando el nombre del pequeñito, y en ese momento no pude seguir evitándolo. Fui al frente y vi a los niños menores recogiendo piedras para romper la ventana. En serio. No puedo más. Entonces, ahí estaba, negociando con mi hijo a través de la ventana cerrada, mientras mis hijos pequeños planificaban su venganza y los vecinos miraban todo esto desde sus accesos respectivos. Son vecinos muy comprensivos, porque son excelentes, pero sin embargo… Por favor, dame un agujero para esconderme.
Y en ese momento las emociones fueron demasiado grandes para contener. La represa se rompió y el auto-habla negativa llegó en oleadas: ¿Por qué no puedo manejar esto? ¿Por qué soy la única con este desorden a la vista? ¿Por qué mi hijo está tan enojado? ¿Por qué mi otro hijo NUNCA usa sus zapatos afuera? ¿Por qué no sé cómo ordenar ni esto, ni el otro… ¡¿Por qué no puedo solamente completar este único proyecto para el trabajo… o para la escuela, o para el hogar?!
¿POR QUÉ NO PUEDO HACER ESTO?
Yo sé lo que diría a una amiga. Yo sé lo que diría a ti. Pero no sé cómo escucharlo. Ni aceptarlo. Será que en el fondo de mi ser, creo que debería ser capaz de hacer todo (aunque sé que hacer todo es literalmente imposible en días buenos, mucho menos durante una PANDEMIA). A fin de cuentas, solo quiero sentirme tranquila. Quiero pensar en positivo. Pero la verdad es que puedo hacer todo lo que necesito hacer, y puedo buscar fuerzas emocionales en lo más profundo de mí ser para apoyar a mi hijo cuando monte una montaña rusa de emociones, pero sin embargo, a veces el día es un desastre total. Ahorita esto es una cosa más que no puedo controlar. Y tal vez es por eso que las compuertas se abrieron. Tal vez solamente necesité tomar control por un momento. Y tal vez, mi hijo también solamente necesitó tomar control . . .
Te escribo esto para recordarte que aunque de vez en cuando te sientas solo, no lo estás
Te animo a contactar a unos amigos o buscar un grupo de padres en Facebook que tengan cosas en común. O si necesitas retraerte, ponte las auriculares y escucha tu música a alto volumen. Empieza una película para los niños y siéntate en el piso de la cocina con tu diario… Sabemos que es útil anotar lo que agradeces, pero estoy aquí para decirte que también es útil quejarte y sentir pena de ti misma, y quizás solucionar algunas cosas sobre la marcha.
Y cuando estés listo, te animo a mirar nuestros recursos en Exceptional Lives para ver si algo te atraiga. No voy a decirte lo que necesitas hacer, porque personalmente estoy hasta acá de escuchar eso, pero quiero que sepas que nosotros también somos padres, así que hemos tenido muchas conversaciones sobre lo que podría ser de ayuda en estos momentos. Tenemos una página dedicada exclusivamente a apoyos y actividades para este periodo en casa, pero también tenemos blogs con información que quizás querrás compartir con tus amigas (por ejemplo, información sobre cambios recientes relacionados con el seguro y políticas nuevas como la licencia familiar). Pronto tendremos una serie de webinares que abordará la cuestión de cómo seguir con servicios mientras estás en casa. Vamos a superar esto, y nosotros estamos contigo. Pero en serio, si yo pudiera vigilar a tus hijos para darte un respiro, lo haría, créeme.
Gracias por escuchar
Y si quieres contarme algo sobre el momento en que tus compuertas se abrieron, envíame un mensaje con julie.mcisaac@exceptionallives.org. Siempre estoy aquí. (literalmente. siempre. estamos en una pandemia.)
¿Conoces a alguien que necesite este recordatorio? Comparte esto en tus redes sociales y sigamos hablando.