Yo: ¡¡¡Aaaaaaay!!! *cabeza en las manos*
Mi hijo: ¡¿Qué?! *expresión de preocupación* (tal vez cree que ha hecho algo que me molestó)
Yo: ¡Tú no hiciste nada! ¡¡¡Es que estoy teniendo dificultad en este momento – déjame en paz!!! *estoy casi llorando*
(Ups y Uf)
Dije esto hace 5 minutos, cuando la información constante sobre el regreso a la escuela estaba viniendo hacia mí a 140 km/h. Esto es tan difícil, tan confuso y tan impreciso que siempre estoy o en un modo de “hyper-planning” (hiper-planificación) o, más probablemente, en un modo de “shut down” (apagada), ignorando todo. No estoy diciendo nada que no hayas oído, pero la verdad es que para una madre soltera la pelea es real y en cierta manera más difícil. No estoy diciendo que las madres solteras sean las únicas que están teniendo dificultades – ¡apoyo más que nunca todo modo de organizar la vida del hogar, sin importar cuántos padres y cuidadores tengas! ASÍ QUE solo es mi propia versión de “difícil” que describo.
El sistema que habíamos establecido para la educación en casa de emergencia era, a lo más, moderadamente funcional. Cuando tenía tiempo para enfocarme en las tareas escolares, mi hijo no quería nada de eso y no lográbamos nada. Parecía que cada vez que él estaba listo para aprender, algo nos interrumpía. En esos momentos, o no podía ayudarle o trataba de ignorar el “algo” y por eso, no estaba suficientemente enfocada para ayudarle y apoyarle de verdad. ¿Un ciclo buenísimo, no? Entonces, aquí estoy pensando que “Si eso es mi plan para el año escolar, estamos jodidos.” Afortunadamente, vamos a establecer un fuerte plan de aprendizaje profesional y eso ayudará mucho (No me preguntes qué es el plan, porque nadie nos lo ha explicado – ¡JA!).
Su horario escolar será híbrido – una semana en el edificio y una semana en casa con la instrucción virtual. ¡Tengo muchísimo que decir sobre los pros y contras de esto! Todas las respuestas a nuestras preguntas son temporales porque no puede haber soluciones firmes antes de que los problemas A, B y C estén solucionados por las personas 1, 2 y 3 del sistema escolar. Y para mí, el no saber nada está aumentando muchísimo mi ansiedad sobre la escuela, y es casi lo mismo para mi hijo: “¡Odio la matemática, no sé nada de la matemática . . . (¿estás listo?) Todavía no sé cuál es el dos y dos!” [pausa larga] Nos miramos el uno a la otra y nos reímos de esa declaración tonta. ¡Pero la verdad es que aunque su declaración sea un poquito loca, eso es lo que siente! Sigo tratando de recordarle que cada estudiante está un poco atrasado en sus estudios de uno u otro modo. Y esto solamente es nuestra realidad y todos estaremos bien (¿pero qué significa eso realmente? ¿y es verdad o no – estoy bien?)
La culpabilidad maternal es un sentimiento real. Mientras reviso la logística de cómo llevar a mi hijo hacia y desde la escuela de acuerdo con ciertas reglas, decidiendo qué es el mejor tipo de mascarilla para él (y cómo va el uso de la mascarilla en casa) y tratando de hacer que esté en el mismo grupo con su “bestie” (mejor amigo), mi hijo me pide algo suavemente y yo le digo bruscamente, “No puedo ser tu madre ahorita.” O . . . dios . . . mío. Las palabras que salen de mi boca son horribles. Me parece que le esté fallando constantemente. Ni siquiera puedo dominar lo básico. ¿Veinte minutos de lectura por día? No ocurre. ¿El trabajar diariamente en sus hojas de ejercicios matemáticos? No, eso no existe. Intelectualmente, sé que debo dejar de lado todo eso, pero no puedo. Ya lleva mi hijo un año de retraso y eso es PRE-pandemia. Con objeto de hacer algo bueno para él, le compré un pupitre y una silla giratoria para que él PUDIERA hacer ese trabajo, aun si no lo está haciendo. ¿No cuenta eso?
Estoy esperando a que reciba los específicos de su maestra de educación especial para saber cómo todo irá a la escuela, pero ella no sabe más que yo. Está recibiendo su información al mismo tiempo que yo, aunque sea incompleta, y está tratando de solucionar la escolaridad de SUS dos hijos además del mío. No puedo imaginar cómo es para ella (¡¡Un saludo rápido y sincero a nuestros maestros y personal!!).
Me siento bien por las precauciones de seguridad que han establecido pero ¿¿cómo será el aprendizaje?? ¿Y qué será la carga socioemocional para mi hijo y para TODOS los niños? ¿Cuáles serán las horas escolares? ¿Nos fallará la tecnología durante la semana virtual? . . .
Otro “¡BAHH!” fue oído por mi hijo y me preguntó de arriba, “¿Estás bien mamá?” Aquí está una nota que le dejé en su cuarto:
Querido Emerson,
Quise escribirte una nota para compartir algunas cosas que han estado sucediendo en mi cabeza. SÍ estoy bien, pero probablemente te estás preguntando por qué siempre estoy enojada. Puedes sentir mi nivel de estrés sobre el reinicio de la escuela. No voy a decir que esto es fácil. Esta es la primera, y espero la última, pandemia que soportaremos. Así que hay mucha confusión y mucha duda. Quiero que sepas que cuando de repente empiezo a llorar, o cuando oyes un “¡Aaaaaaay!” de mí o cuando me doy prisa en acostarme por un momento en el sofá al aire libre para jugar a mi juego de palabras, nunca es debido a ti – nunca. En la vida, todos pasamos periodos que son más difíciles que otros, y este es uno de esos periodos. La vida de pandemia no es como nada que hemos experimentado hasta ahora. Te digo esto porque eres mi niño inteligente de 9 años y te debo explicaciones honestas sobre por qué a veces los padres se sienten mal. SÍ estoy bien. Solo hay que saber que te amo y que agradezco todos los abrazos, los favores amables y los “Estás bien mamá?” – ¡me ayudan muchísimo! Siempre estoy aquí para contestar cualquier pregunta que tengas. ¡¡Y siempre recordaré respirar (el mejor consejo repetido que me das)!!
Con amor,
Mamá
Juro que podría escribir sobre esto en mi diario – [ejem] – QUISE decir, podría escribir entradas de blog sobre esto sin pausa. Pero lo dejo aquí . . . por ahora. A todos los otros padres y cuidadores, ¡que les vaya bien! Hay una luz al final del túnel y todavía no puedo verla . . . pero sé que está allí. ¡No te olvides de respirar!