Te veo Mamá, corriendo afuera sin zapatos, un poco desaliñada y muy distraída. Te veo tratando de hacer todo, y te veo amando a esos chiquitos. Y aunque hoy parezca que todo está desordenado, creo que es lo más hermoso.
Escribí esto en un día en que todo parecía desordenado. Quizás te sonará familiar.
Si le das un momentito a una mamá,
Tratará de usarlo para hacer “una cosita más”
Pero cuando empiece a hacer esa cosita,
Oirá un estruendo.
Cuando investigue el estruendo,
Verá un plato roto.
Así que arregla el plato roto,
Y bota al perro para que no entre en la cocina.
Pero cuando abra la puerta para que el perro reingrese,
Ve que los chiquitos dejaron la verja abierta y el perro se escapó.
Así que va fuera para sobornar al perro con un premio,
Y ve a los chiquitos saliendo de la casa con freezies.
Así que va adentro para asegurarse de que el congelador esté cerrado,
Y ve su computadora, y empieza a completar ese mensaje de email.
Antes de que haga clic en “Enviar”, los chiquitos vuelven adentro gritando,
“MAMÁAAA ¡¿QUÉ HAY PARA EL ALMUERZO?!”
Y mamá responde, “¡Por favor, dame un momentito!”
Inspirado en el bellísimo libro If You Give a Mouse a Cookie (Si le das una galleta a un ratón), escrito por Laura Joffe Numeroff e ilustrado por Felicia Bond.
Esto es para mi hijo más pequeño, que se sentó en mi regazo mientras yo terminaba de escribir para decirme que deseaba tener “cien brazos para abrazarte cien veces”… vale la pena, totalmente.
