
Te veo Mamá. Estás corriendo afuera sin zapatos, un poco desaliñada y muy distraída. Te veo tratando de hacer todo y te veo amando a esos chiquitos. Y aunque hoy parezca ser un desorden, creo que es lo más hermoso.
Escribí esto la semana pasada. Era un día que parecía ser un desorden. ¿Quizás te suena familiar?
Si le das un momentito a una mamá,
Tratará de ocuparlo en hacer “solo una cosa más”
Pero cuando empiece a hacer esa una cosa,
Oirá un estruendo.
Cuando investigue el estruendo,
Verá un plato.
Así que asea el plato roto,
Y echa al perro para que no entre en la cocina
Pero cuando abra la puerta para que el perro pueda reingresar,
Ve que los chiquitos dejaron la verja abierta y el perro se escapó.
Así que va fuera para sobornar al perro con un premio,
Y ve a los chiquitos saliendo de la casa con “freezies”.
Así que va adentro para asegurarse de que el congelador esté cerrado,
Y ve su computadora, y empieza a completar ese mensaje de email.
Antes de que pueda clicar en “Enviar”, los chiquitos regresan adentro gritando,
“MAMÁAAA ¡¿QUÉ HAY PARA COMER?!”
A lo que mamá responde, “¡Por favor dame solo un momentito!”
Inspirado en el libro bellísimo, If You Give a Mouse a Cookie (Si le das una galletita a un ratón), escrito por Laura Joffe Numeroff e ilustrado por Felicia Bond.
Esto es para mi hijo más menor, que se sentó en mi regazo mientras yo terminaba de escribir para decirme que deseaba tener “cien brazos para abrazarte cien veces” . . . vale la pena por completo.