Julie McIsaac
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{November 26, 2024}

¿Estás sintiendo el estrés de ser padre? Nosotros también. Aquí está nuestro truco preferido para reducir el estrés y disfrutar más a nuestros hijos.

¿Estás sintiendo el estrés de ser padre? Nosotros también. Pero la verdad es que una de las mejores estrategias para convertir el estrés en alegría es desconectar nuestros celulares cuando estamos con nuestros hijos – aun cuando las cosas son difíciles. Lee más adelante para aprender por qué.

 

¿Conoces ese sentimiento de estar aburrido?  ¿No?  Ah sí, eres padre.  Estás sintiendo el estrés de ser padre.  Nosotros lo sentimos también.  Somos adultos y tenemos a personas que dependen de nosotros.  Tenemos un hogar que tenemos que manejar e hijos a los que tenemos que cuidar.  Recibimos mensajes de texto y llamadas telefónicas de amigos, familiares y colegas.  Estamos más conectados que nunca, pero también estamos inundados por información y actualizaciones.  Probablemente, la palabra “aburrido” no es para nada una de las palabras que usarías para describir tu día.

Si eres como yo, el estar aburrido es un sentimiento al que darías la bienvenida, aún para realizar nada más que una breve visita.

Si pensamos profundamente, podemos recordar el sentimiento de niño de estar aburrido: mirando por la ventana durante un largo viaje en coche, caminando de acá para allá entre las casas de los vecinos, sentando delante de la casa, esperando a alguien o algo. Eso nos daba espacio vacío para soñar despierto. Nos daba espacio vacío para la conversación y la creatividad. A veces, el espacio vacío quedaba vacío.

Mientras mis hijos crecen y mi papel cambia, me ha quedado claro que debo proteger los espacios vacíos que tenemos.

Quiero estar informada, y me gusta estar conectada, ¿pero cómo evitar que la búsqueda constante para saber más invada mis pensamientos silenciosos o mis conversaciones informales? Cuando estoy en coche, mi celular automáticamente bloquea los mensajes de texto: No me molestes, estoy conduciendo. Esto es eficaz, porque no tengo que pensarlo. No siento ningún ‘ping’, mi atención no es desviada y no tengo que resistir la necesidad de ‘chequear’. ¿Y si protegiéramos el tiempo que pasamos con nuestros hijos de la misma manera? No me molestas, estoy con mis hijos. Confía en mí, no estoy sugiriendo que deberías sacar tu smartphone. Yo adoro mi smartphone. El ser padre puede causar mucho aislamiento. Hubo muchas noches cuando mi sustento, mientras trataba de llevar a mis hijos a dormir, fue una amiga a más de ocho estados de distancia que me recordaba que yo no era soltera y estaba bien. Mi celular me conecta a investigaciones, política e historias sobre otra gente, lo cual me permite escaparme de la locura diaria. Pero recientemente, he estado considerando cómo mi conexión constante con el mundo influye lo que significa estar con mis hijos.

Lo que he aprendido es que si quiero vivir en el momento presente, mi celular debe estar en otro lugar.

Es probable que todos hayamos tenido esta experiencia: hablamos con un amigo, y el amigo mira su celular porque recibió un mensaje. Muchos de nosotros hemos tenido la experiencia en donde alguien nos está inclinando la cabeza mientras teclea un mensaje a otra persona. ¿Cómo se siente eso? Ahora imagínate que estés aprendiendo cómo relacionarte con el mundo. Imagínate que estés aprendiendo sobre la comunicación entre personas, la facilidad y complejidad con la que los gestos y expresiones faciales acompañan palabras y expresan ideas. No es solamente que aprendemos cómo interactuar y relacionarnos con otros de esta manera, sino que también desarrollamos un conocimiento más fuerte de quiénes somos como individuos. La completa atención nos da un sentimiento de ser importante y estimado, escuchado y visto.

¿Entonces, para ti, a qué se parece vivir en el momento presente?

Cada familia es distinta. Nuestros hijos tienen diversas edades con diversos diagnósticos y necesidades. Tenemos diversos empleos y la vida nos lleva en diversas direcciones en diversos momentos. Sabemos que lo que funciona bien para esta persona quizás no funcionare para la otra. Para algunos, puede ser veinte minutos de conversación y tiempo para jugar después de la escuela. Otros pueden tener una hora del baño sin distracciones o una hora de leer antes de ir a dormir. Algunos pueden dar un paseo tranquilo hacia y desde la guardería o la terapia, con tiempo extra para caminar sin prisa y anotar lo que está alrededor de ti. Si tienes más de un hijo, ¿cómo dedicas tiempo para cada uno de ellos?

Si tienes veinte minutos o si tienes dos horas, deja de lado tu celular y crea un espacio vacío.

Quizás estarás aburrida. Es posible también que te gustare. Me imagino que le gustará a tu hijo.

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