Es probable que conozcas a alguien con una enfermedad mental. Quizás tú también luchas con una enfermedad mental. Esa es la realidad para muchos de nosotros. Pero es tan difícil hablar del tema. Y cuando los niños tienen problemas, sus padres también tienen problemas. Por lo tanto, en honor del Mes de la Concientización sobre la Salud Mental (en inglés) en mayo, queríamos hablar sobre cómo uno puede apoyar a los padres de un niño con enfermedad mental.
Muchas veces cuando hablamos de la enfermedad mental, pensamos en problemas como trastorno bipolar o esquizofrenia. Pero la enfermedad mental también incluye trastornos de ansiedad, depresión y hasta TDAH. La enfermedad mental es una condición médica que impide el funcionamiento diario, los pensamientos, los sentimientos, el humor y la capacidad para relacionarse con otros (inglés).
Nuestra confusión, miedo y dificultad para hablar de la enfermedad mental pueden venir de varias nociones: que haya algo que “falta” en las personas que la experimentan, que puedas superar la depresión “con más esfuerzo” o que puedas simplemente “dejar de lado” la ansiedad si lo quieres. A veces, vemos a una persona luchando, pero consideramos estas luchas “problemas” de salud mental y suponemos que todos los tienen.
Pero todo esto es un mito. La enfermedad mental es tan real como asma o parálisis cerebral. No podemos hacerla desaparecer ni por más esfuerzo, ni por no hablarla.
La enfermedad mental en los niños es mucho más común de lo que piensas
Uno entre cada cinco adolescentes vive con una condición de salud mental (inglés). Los niños menores las experimentan con menos frecuencia, pero ellos también viven con enfermedad mental. Las enfermedades mentales diagnosticadas más frecuentemente en los niños incluyen depresión, ansiedad, TDAH y trastornos de alimentación.
La enfermedad es una discapacidad y es mucho más común en niños con otras discapacidades a diferencia de los niños típicos. Aquí están algunas formas en las que se muestra en los niños:
- Mateo tiene trastorno del procesamiento sensorial y puede ser abrumado por las luces y el ruido en su aula de clase. Eso lo hace sentirse extremadamente ansioso, y él se preocupa por nuevas situaciones y resiste cambios pequeños en su rutina. Este nivel de ansiedad, la cual está impidiendo su funcionamiento diario, es una forma de enfermedad mental. Para sus padres, cada día es una lucha
- Amelia ha estado luchando con la lectura. Se está quedando detrás en su clase y dice a su mamá que ella no es tan inteligente como los otros niños. Está mostrando señales de la depresión, por ejemplo, dejó de jugar al baloncesto, una actividad que normalmente le gusta mucho. Por la mañana, dice que no se siente bien e intenta quedarse en casa en vez de ir a la escuela
- Logan tiene TDAH y siempre está en marcha. Sus maestros le dan mucha retroalimentación negativa (inglés) por su incapacidad de quedarse tranquilo y por su comportamiento perturbador en la clase. Él cree que no puede hacer nada correctamente y ha empezado a decirles a los adultos que “es que soy un niño malo”. Su comportamiento se está volviendo más difícil para los adultos alrededor de él
- Gianna tiene trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo (DMDD, por siglas en inglés), la cual es una enfermedad mental. Frecuentemente, ella estalla cuando alguien le pide que termine sus deberes o que limpie su cuarto. Sus padres están hartos de su comportamiento y la castigan, sin darse cuenta de que su hija aún no tiene las habilidades para manejar sus emociones (inglés). Algunos de sus amigos ya no quieren pasar tiempo con ella a causa de sus explosiones
¿Cuál es la mejor manera de ayudar a familias que tienen a un niño con una enfermedad mental?
La enfermedad mental, como cualquier discapacidad, afecta a la familia entera. Cuando un niño tiene problemas, los padres tienen una carga enorme. Amamos TANTO a nuestros hijos. Quizás nos sentimos frustrados por su comportamiento o asustados por su seguridad. Quizás nos sentirnos incapaces de mejorar la situación. Algunos de nosotros nos sentimos culpables por no tener ni tiempo ni energía para nuestros otros hijos. Tal vez hacemos llamada tras llamada buscando servicios, hasta servicios lejos del hogar, pero frecuentemente solo encontramos listas de espera infinitas. Y muchas veces, lo hacemos sin ayuda porque tanta gente está incómoda con el tema y se niega a hablar sobre la enfermedad mental.
Pero los amigos ayudan. Y el ser un buen amigo realmente consiste en hacer estas tres cosas:
1. Escucha
El ser padre de un niño con enfermedad mental puede ser muy aislador. Intentamos proteger la privacidad de nuestro hijo. Tenemos miedo de que la gente no entendiere o nos juzgare. Una y otra vez, tenemos que explicarnos a los proveedores de atención médica. (“¡No es que esté frustrada! ¡Es que mi hijo necesita ayuda!”) Y estamos recelosos de los consejos indeseados de personas que no han experimentado esto. (POR FAVOR … no me diga que solamente necesito ser más estricta. Sí, he escuchado eso, y no, no es útil.)
Pero nos preocupamos por nuestros hijos y sentimos lástima por ellos, y sus necesidades y comportamiento afectan a la familia entera. Puede que estemos agotados por el comportamiento de nuestros hijos aunque nuestros corazones se rompan por ellos. Es mucho para soportar.
SÍ, está bien preguntarnos sobre la situación. Créeme, necesitamos hablar. Así que por favor, pregúntanos. Y luego, escúchanos de verdad.
2. Créenos
Yo he sido desestimada de una docena de formas distintas cuando describí los problemas que tenía mi hijo o cómo afecta a nuestra familia.
“Todos los niños se portan mal de vez en cuando. ¿Te ya he hablado de cuando MI niño…?”
“Los adolescentes son tan malhumorados. Lo perderá con el tiempo.”
“Ella parece tan feliz en la escuela, y tiene buenas notas.”
“Todos tenemos días malos.”
Una vez, un equipo del programa educativo individualizado (PEI) desestimó nuestras preocupaciones y ellos nos dijeron, “Su hijo está bien. Creemos que las cosas se volverán menos difíciles cuando ustedes estén menos cansadas.” Y nos mandaron a volar. (Probablemente, estaré enojada por eso toda mi vida.)
La enfermedad puede ser invisible o puede aparecer de manera que ni reconoces ni esperas. Aun así, es real. Por favor, no nos obligue a probarlo.
En vez de eso, trata de decir, “No sabía que las cosas fueron tan difíciles.” O bien, “Lo siento que estés enfrentando todo esto.” O bien, “Debes estar muy preocupada por [nombre de hijo].”
Es importantísimo ser creídos y apoyados por la gente alrededor de nosotros.
3. Está ahí
Cuando estamos enfermos o cuando estamos cuidando a un familiar enfermo, la gente se junta para ayudar. Los amigos nos traen cenas y ofrecen a guardar a los infantes, o llevan a nuestros otros hijos a sus actividades después de clases. Pero cuando se trata de una enfermedad mental, las familias muchas veces reciben … pues, nada. Y nos preguntamos si la gente ha olvidado que estamos teniendo problemas, o si lo entienden en lo más mínimo.
Imagínate que el hijo de tu amigo tenga leucemia. ¿Qué harías para tu amigo y su familia? ¿Le llevarías provisiones? ¿Le mensajearías regularmente para hacer el check-in? ¿Enviarías una carta? Cualquier cosa que harías en esa situación funciona en esta situación también. No tiene que ser algo grande para ser de ayuda. Y porque la enfermedad mental es algo crónico, puede mejorar o empeorar, y las necesidades del hijo de tu amigo y de la familia entera pueden cambiar en distintos momentos.
Sigue haciendo el check-in. Tu amigo lo verá, y valerá mucho. Y cuando tu amigo se sienta apoyado por las personas que lo rodean, será más capaz de solucionar las necesidades de su hijo que tiene problemas.
¿Entonces, qué deberías decir al padre de un niño con una enfermedad mental?
Esto parece difícil, pero no debe ser así. No tienes que ser experto en la salud mental. Probablemente, solo tienes que hacer lo mismo que ya haces para amigos que están pasando por momentos duros. Puede ser algo así:
¿Cómo está [nombre de tu hijo]?
¿Cómo puedo ayudar?
Estoy traendo café. ¿Tomas crema y azúcar?
Sé que [nombre del hijo] está teniendo dificultades, pero cuando nos encontramos el otro día, me saludó con una sonrisa belísima y me encantó muchísimo.
¿Cómo te va esta semana?
¿Quieres tomar un descanso para ver una película conmigo?
¿Quieres reunirnos con los pequeños este fin de semana? Sé que [nombre del hijo] está teniendo dificultades y un día divertido lo podría ayudar.
[mensaje de texto con una mano saludando] ¡Estoy pensando en ti hoy!
Y finalmente: ¿Cómo pueden los padres ayudar con la salud mental de sus propios hijos?
Lo más importante es asegurarte de que conozcas las señales de enfermedad mental más comunes en los niños. Los niños más sanos y más cuerdos también pueden experimentar problemas de salud mental. Asegúrate de que sepas lo que debes esperar.
Si observas estas señales en un niño que amas, tómalo en serio. Háblalo con tu hijo y dile que estás preocupado. Habla con el médico de tu hijo y pide ideas y referimientos para terapia, medicamentos u otros apoyos. (Sí, la terapia puede ayudar a los niños, y no significa que tu hijo tiene que quedarse quieto y hablar de sus sentimientos para aprovecharla. Hay muchas buenas opciones para niños.) Habla con la escuela sobre cómo asegurar que tu hijo esté seguro y apoyado en la escuela. Haz que tu hijo visite al consejero de la escuela. Con ayuda, los que luchan con la enfermedad mental pueden recuperarse.
Aprende más:
Si buscas estrategias para apoyar a los padres de un niño con enfermedad mental, ya has tomado el primer paso hacia ser un buen amigo. Aquí están algunos recursos que nos gustan:
Salud mental y niños con discapacidad (video en inglés)
Haz una prueba de salud mental gratuita (inglés)
988 Línea de Prevención del Suicidio y Crisis
El proyecto Trevor: ayuda para jóvenes LGBTQ en crísis
Red Nacional de Prevención del Suicidio 1-888-628-9454